jueves, 31 de julio de 2008

Angeles Mastretta. Escritora mexicana contemporánea


Angeles Mastretta nació en la ciudad de Puebla el 9 de octubre de 1949.EStudió periodismo en la facultad de Ciencias Politicas y sociales de la UNAM.

Ángeles Mastretta recibió el Premio Mazatlán 1985 por su primera novela Arráncame la vida y, como se destaca en la contraportada de las últimas ediciones, ha sido publicada por dos casas editoras españolas y traducida al italiano, al inglés, al alemán, al francés y al holandés. En 1997 Mastretta recibió el premio Rómulo Gallegos por Mal de amores (1996), su segunda novela y cuarto libro. Esta es la primera vez, en la historia del premio, que ha sido otorgado a una mujer. Anteriormente lo habían obtenido escritores como Fernando del Paso, Javier Marías, Carlos Fuentes y Mario Vargas LLosa, entre otros.

La obra literaria de Ángeles Mastretta destaca primordialmente, una sucesiva contextualización del pensamiento feminista mexicano de los años setenta y ochenta. Mastretta formó parte integral de la generación de estos años, cuando el movimiento feminista en México mantenía una actividad de lucha febril, y se vio rodeada de gente que con sus trabajos de investigación y ensayos, problematizando la opresión de la mujer, brindaba ideas y temas que más tarde ella misma asumiría. Mastretta, por medio de una actitud de compromiso social ante los problemas que enfrenta la mujer mexicana, los presenta y contextualiza, a través de la experiencia auténtica y tangible, en su obra narrativa._

La primera novela que escribe la autora es Arrancame la vida y el segundo libro , Mujeres de ojos grandes (1990), está compuesto de treinta y siete viñetas y cada una muestra la vida de mujeres que, como en Arráncame la vida, están fuera del tiempo presente, están ubicadas en la historia y al mismo tiempo son mujeres que rompen con los cánones que la sociedad les ha impuesto. La misma Mastretta aseguraba en una entrevista con Mauricio Carrera, del periódico La Jornada, el 20 de julio de 1997, que sus mujeres personajes, "que aparentemente eran muy extraños en su época, y no nada más en Arráncame la vida y Mal de amores sino en Mujeres de ojos grandes, son en realidad mujeres pioneras, como las que con toda seguridad existieron pero sobre las que nadie escribió y a las que nadie hizo caso".

Cada una de las mujeres en el libro reacciona de una manera diferente a su circunstancia y las hay quienes son agresivas, otras son pasivas, algunas son religiosas y otras ateas, algunas hablan con un lenguaje popular grosero, supuestamente el lenguaje exclusivo de los hombres. Las personajes de Mujeres de ojos grandes son mujeres que de alguna forma han tenido una vida singular sin que jamás hubieran sido objeto de la atención que se merecían. Dianna Niebylski apoya esta idea al señalar que, efectivamente, "el hecho de situar a las tías tres generaciones anteriores, del público lector, tiene el efecto de subrayar su comportamiento atrevido y muy poco ortodoxo" (30).(2)
Mastretta, a través de las tías de la novela, subvierte el trato que se da a los valores tradicionales como la sexualidad femenina: La mujer o es virgen o es monógama. El derecho a darle vida a las fantasías sexuales con libertad y a tener una actividad sexual libre y sin restricciones está permitida sólo a los hombres. Las tías, entonces, subvierten esta noción al tener amantes y más de un compañero sexual en repetidas ocasiones.
Las tías de Mujeres de ojos grandes rompen con lo establecido buscando su propia felicidad. Sin necesidad de una lucha consciente o totalmente abierta, en contra del poder patriarcal y sin discutir causas o tesis feministas específicas, van en contra de convenciones morales y sociales que las oprimen y les impiden libertad sexual y de acción. En su entrevista con Mauricio Carrera, Ángeles Mastretta afirmaba que, efectivamente, "son mujeres que ponen de manifiesto el poder que tienen en sus casas y el poder que asimismo tienen para hacer con sus vidas lo que quieran, aunque no lo demuestren. Son mujeres poderosas que se saben poderosas pero que no lo ostentan" .

Segmento del cuento La Tía Daniela de Angeles Mastretta.
Este cuento ha sido publicado en el libro antes mencionado Mujeres de ojos grandes

La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota. Lo Había visto llegar una mañana, caminando con los hombros erguidos sobre un paso sereno y había pensado: "Este hombre se cree Dios". Pero al rato de oírlo decir historias sobre mundos desconocidos y pasiones extrañas, se enamoró de él y de sus brazos como si desde niña no hablara latín, no supiera lógica, ni hubiera sorprendido a media ciudad copiando los juegos de Góngora y Sor Juana como quien responde a una canción en el recreo.
Era tan sabia que ningún hombre quería meterse con ella, por más que tuviera los ojos de miel y una boca brillante, por más que su cuerpo acariciara la imaginación despertando las ganas de mirarlo desnudo, por más que fuera hermosa como la virgen del Rosario. Daba temor quererla porque algo había en su inteligencia que sugería siempre un desprecio por el sexo opuesto y sus confusiones.
Pero aquel hombre que no sabía nada de ella y sus libros, se le acercó como a cualquiera. Entonces la tía Daniela lo dotó de una inteligencia deslumbrante, una virtud de ángel y un talento de artista. Su cabeza lo miró de tantos modos que en doce días creyó conocer a cien hombres.
Lo quiso convencida de que Dios puede andar entre mortales, entregada hasta las uñas a los deseos y las ocurrencias de un tipo que nunca llegó para quedarse y jamás entendió uno solo de todos los poemas que Daniela quiso leerle para explicar su amor.
Un día, así como había llegado, se fue sin despedir siquiera. Y no hubo entonces en la redonda inteligencia de la tía Daniela un solo atisbo de entender qué había pasado.
Hipnotizada por un dolor sin nombre ni destino se volvió la más tonta de las tontas. Perderlo fue una larga pena como el insomnio, una vejez de siglos, el infierno.
Por unos días de luz, por un indicio, por los ojos de hierro y súplica que le prestó una noche, la tía Daniela enterró las ganas de estar viva y fue perdiendo el brillo de la piel, la fuerza de las piernas, la intensidad de la frente y las entrañas.
Se quedó casi ciega en tres meses, una joroba le creció en la espalda, y algo le sucedió a su termostato que a pesar de andar hasta en el rayo del sol con abrigo y calcetines, tiritaba de frío como si viviera en el centro mismo del invierno. La sacaban al aire como a un canario. Cerca le ponían fruta y galletas para que picoteara, pero su madre se llevaba las cosas intactas mientras ella seguía muda a pesar de los esfuerzos que todo el mundo hacía por distraerla. ....

Carmen Sanchez . Una poeta dominicana contemporánea ...



Esta jovén mujer me conmovio con su pluma y sus palabras tan transparente y me identifique mucho con sus letras.
su prosa corre rapida y deja una profunda huella muy marcada en cada verso de su libro Demando otro tiempo . Hay una gran relacion entre el espacio y el tiempo . Todos sus deseos inconclusos. Espero que les guste como a mi.

Nació en Hato Mayor el 16 de julio de 1960. Poeta y educadora. Concluyó sus estudios primarios y secundarios en su pueblo natal. Tiene una licenciatura en Educación con concentración en Biología y Química y una maestría en Planificación Educativa, ambas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En esa misma institución enseña Didáctica desde 1983. Se especializó en Programas de Formación de Educadores de Escuelas Normales Superiores. Participó en la formación de Círculo de Mujeres Poetas y del Colectivo de Escritores Dominicanos. Pertenece a la Generación de los 80. En 1996 ganó el Premio Nacional de Poesía con el poemario Demando otro tiempo. Sus poemas han sido ampliamente difundidos en la prensa nacional y extranjera.


Demando otro tiempo

Aquí va un pedazo de mí
detrás de los espacios dejados por los mares secos
por los niños solos
Por las hojas muertas
un pedazo de mí que no soy yo
con los ojos oscuros del sol a cuestas
mirándome como me mira el ciego
preguntándome por las sombras inmortales
sigue la canción
mientras demando otro tiempo necesario
para reconstruir todos estos pedazos fríos
debajo de este cielo que no me carga
no pocas veces digo me voy
pero algo lejano y cercano me ata
me dice ven quédate o vete para volver
y pensativa me decido a todo
cierro por tiempos largos mis manos para el mundo
sólo un café y un desvelo me habitan
piensa de nuevo en los mares secos
con toda su fauna muerta y podrida
sin dolientes
sin lamentos
sin amores


Poema Para Un Cuerpo Ausente de Carmen Sanchez


Busco tu esqueleto bajo la cama_entre los libros_ahí_donde estuviste_en los pasillos_en los rincones_en los dobleces de mi cuerpo_entre las altas torres del lenguaje.
O quizá un gesto de la mano izquierda_en la pared proyecta con su sombra_el rostro de una palabra
Guardé tu nombre que late en una página
No quiero recordar_y aun la voz no alcanza para ir_-despacio-_consonante y vocal_aire y vacío_llenando lo que dice_lo que en verdad nombra_ese nombre que tiene tu cuerpo
Y no hay voz que lo abarque

el amor es un arrebato dice Octavio Paz.....




Octavio Paz es uno de los grandes escritores de lengua española del siglo XX. Nació en Mixcoac, México, el 31 de marzo de 1914. Hijo de una española y de un abogado mexicano con sangre india, desde su juventud sintió tal mixtura de culturas. Tras cursar sus estudios universitarios, decidió dedicarse a la literatura y en 1931 fundó la revista Barandal . Dos años después publicó su primer poemario, Luna silvestre.

En 1937 marchó a España para apoyar al gobierno republicano en la guerra civil y se unió a la alianza de escritores antifascistas. Tras un viaje a París, donde trató a los surrealistas, regresó a México e inició una intensa actividad cultural traducida en la fundación de las revistas Taller (1939) y El hijo pródigo (1943) y en la creación de grupos artísticos y teatrales. Ello no le impidió desarrollar su obra poética, con títulos como A la orilla del mundo (1942), los poemas en prosa de ¿Águila o sol? (1951) y La estación violenta (1958). El suyo fue un mundo deslumbrante y telúrico con un lenguaje de gran violencia expresiva, que debía tanto al surrealismo como a la mitología azteca. Éstas y otras obras fueron recogidas en 1960 en Libertad bajo palabra y, junto con el ensayo El laberinto de la soledad (1950), conformaron una reflexión sobre las raíces espirituales mexicanas.

Del libro La llama doble


Todos los días oímos esta frase: nuestro siglo es el siglo de la comunicación. Es un lugar común que, como todos, encierra un equívoco. Los medios modernos de transmisión de las noticias son prodigiosos; lo son mucho menos las formas en que usamos esos medios y la índole de las noticias e informaciones que se transmiten en ellos. Los medios muchas veces manipulan la información y, además, nos inundan con trivialidades. Pero aun sin esos defectos toda comunicación, incluso la directa y sin intermediarios, es equívoca. El diálogo, que es la forma más alta de comunicación que conocemos, siempre es un afrontamiento de alteridades irreductibles. Su carácter contradictorio consiste en que es un intercambio de informaciones concretas y singulares para el que las recibe. Digo verde y aludo a una sensación particular, única e inseparable de un instante, un lugar y un estado psíquico y físico: la luz cayendo sobre la yedra verde esta tarde un poco fría de primavera. Mi interlocutor escucha una serie de sonidos, percibe una situación y vislumbra la idea de verde. ¿Hay posibilidades de comunicación concreta? Sí, aunque el equívoco nunca desaparece del todo. Somos hombres, no ángeles. Los sentidos nos comunican con el mundo y, simultáneamente, nos encierran en nosotros mismos: las sensaciones son subjetivas e indecibles. El pensamiento y el lenguaje son puentes pero, precisamente por serlo, no suprimen la distancia entre nosotros y la realidad exterior. Con esta salvedad, puede decirse que la poesía, la fiesta y el amor son formas de comunicación concreta, es decir, de comunión. Nueva dificultad: la comunión es indecible y, en cierto modo, excluye la comunicación: no es un intercambio de noticias sino una fusión. En el caso de la poesía, la comunión comienza en una zona de silencio, precisamente cuando termina el poema. Podría definirse al poema como un organismo verbal productor de silencios. En la fiesta —pienso, ante todo, en los ritos y en otras ceremonias religiosas— la fusión se opera en sentido contrario: no el regreso al silencio, refugio de la subjetividad, sino entrada en el gran todo colectivo: el yo se vuelve un nosotros. En el amor, la contradicción entre comunicación y comunión es aún más patente.
El encuentro erótico comienza con la visión del cuerpo deseado. Vestido o desnudo, el cuerpo es una presencia: una forma que, por un instante, es todas las formas del mundo. Apenas abrazamos esa forma, dejamos de percibirla como presencia y la asimos como una materia concreta, palpable, que cabe en nuestros brazos y que, no obstante, es ilimitada. Al abrazar a la presencia, dejamos de verla y ella misma deja de ser presencia. Dispersión del cuerpo deseado: vemos sólo unos ojos que nos miran, una garganta iluminada por la luz de una lámpara y pronto vuelta a la noche, el brillo de un muslo, la sombra que desciende del ombligo al sexo. Cada uno de estos fragmentos ve por sí solo pero alude a la totalidad del cuerpo. Ese cuerpo que, de pronto, se ha vuelto infinito. El cuerpo de mi pareja deja de ser una forma y se convierte en una substancia informe e inmensa en la que, al mismo tiempo, me pierdo y me recobro. Nos perdemos como personas y nos recobramos como sensaciones. A medida que la sensación se hace más intensa, el cuerpo que abrazamos se hace más y más inmenso. Sensación de infinitud: perdemos cuerpo en ese cuerpo. El abrazo carnal es el apogeo del cuerpo y la pérdida del cuerpo. También es la experiencia de la pérdida de la identidad: dispersión de las formas en mil sensaciones y visiones, caída en una substancia oceánica, evaporación de la esencia. No hay forma ni presencia: hay la ola que nos mece, la cabalgata por las llanuras de la noche. Experiencia circular: se inicia por la abolición del cuerpo de la pareja, convertido en una substancia infinita que palpita, se expande, se contrae y nos encierra en las aguas primordiales; un instante después, la substancia se desvanece, el cuerpo vuelve a ser cuerpo y reaparece la presencia. Sólo podemos percibir a la mujer amada como forma que esconde una alteridad irreductible o como substancia que se anula y nos anula.....

miércoles, 30 de julio de 2008


Dos cuerpos .
poema de Octavio Paz

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
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l reciente deceso del escritor mexicano Octavio Paz ha provocado una reacción unánime de pesar y exaltación de su trascendencia como literato y hombre de ideas. Dejando de lado cuestiones que pertenecen al fuero personal, considero oportuno destacar dos aspectos notables de la figura de Octavio Paz: en primer lugar, su obra, rica, compleja, diversa; en segundo lugar, su conducta intelectual.



De la poesía lírica de Paz se ha dicho bastante. Es uno de los principales poetas latinoamericanos y esta faceta de su obra dará sin duda mucho que hablar y discutir a generaciones venideras de estudiosos. El autor se definía personalmente como poeta y ésta era la vertiente de su obra que tenía en mayor estima y consideración. Sin restarle su debido valor, sospecho que su contribución más duradera debemos buscarla en su extensa obra ensayística. Su aporte no radica únicamente en la peculiar textura de su prosa, acertadamente descrita por Miguel García-Posada como "resultado de una magistral simplificación de la sintaxis, que se traduce en fulgurantes yuxtaposiciones y en la acelerada velocidad de los enlaces¼ El discurso avanza como una proa sobre un mar domesticado". Pero el valor de los ensayos de Paz está en la originalidad de sus ideas, que para elaborarlas es capaz de hacer concurrir una amplia variedad de ámbitos de conocimiento en los que se desenvuelve con envidiable autoridad y soltura. La calidad literaria del ensayo de Paz consiste, pues, en aunar los hallazgos formales y de fondo, cualidad poco común hoy en día donde tiende a instituirse una escisión entre la escritura "prosaica" de los especialistas y la prosa "ensayística" de ciertos literatos, cuyo don principal consiste en la hermosa ornamentación de lugares comunes.

No alcanzaría el espacio en este comentario para hacer un inventario completo de la impresionante obra ensayística de Paz. Tal vez baste enumerar algunos ejemplos donde queda patente su contribución al pensamiento latinoamericano. El Laberinto de la soledad es unánimemente celebrado como el documento por excelencia de la "mexicanidad". Menos unánime ha sido caer en la cuenta de que Paz explora la "mexicanidad" de manera bastante audaz y sin parelelos en las ciencias de la cultura. En dicho ensayo se combina un estudio heterodoxo de la decantación del proceso histórico en el registro popular del lenguaje para proponer un modelo de la psicología colectiva del sujeto nacional mexicano. Paz evita salidas fáciles como el determinismo racial biologista al estilo de Carl Jung y se acerca sorprendentemente a una propuesta que, varias décadas después, elabora el brillante sociólogo alemán Norbert Elias. Este pensador propone el estudio de un "habitus nacional" en las prácticas simbólicas en una serie de ensayos sobre la génesis del nazismo.
Un segmento tomado del articulo de Ricardo Roque Baldovinos.( El perfil intelectual de Octavio Paz

Gioconda Belli, poeta , novelista y ensayista nicaraguense


La poesía me sobrepasa Yo pienso que empecé a escribir poesía erótica porque no tenía prejuicios ni tabúes con respecto al sexo, tuve la suerte de tener una madre muy sana que nunca me habló del sexo de una forma sucia o pecaminosa, al contrario siempre me lo planteó como una cosa hermosa y ser mujer me lo hizo sentir como un poder, no como una debilidad. Uno de los recuerdos más lindos que yo tengo de ella es cuando me habló de la regla, lo hizo con una charla bellísima, poética; me dijo que mi cuerpo iba a ser capaz de dar vida, yo me quedé con la boca abierta del don de ser mujer. Esto me marcó definitivamente porque yo empecé a escribir lo que sentía, en ningún momento me propuse escribir poesía erótica. Yo fui la primera sorprendida al publicar los poemas y resultaron ser un escándalo y los catalogaron como poemas eróticos. No estamos acostumbrados a ver a la mujer ser sujeto de su sexualidad sino siempre objeto. Las antologías de poesía están llenas de hombres que han escrito desde tiempos inmemoriales las cosas que yo escribo sobre el cuerpo de los hombres o los sentimientos que expreso y sin embargo no se les consideran poetas eróticos. Escribo de todo, no solo poesía sobre el amor, o el cuerpo, pero como me atreví a decir cosas que otras mujeres no se habían atrevido ahora soy poeta erótica. Yo hablo de la vida, del cuerpo, de política y de todas las cosas que me pasan. A las mujeres nos hacen sentir culpables del cuerpo, la mujer tiene una relación más sensual y profunda con su cuerpo.
Gioconda Belli
y la poesía erótica

La poesía erótica muchas veces linda con la romántica, y puede que aún más cuando se escribe desde una óptica femenina (dando por buena la controvertida afirmación de que existe una literatura de la mujer, que es aquella no necesariamente escrita por mujeres pero sí con implícitos valores entendidos como femeninos). La literatura que escribe Gioconda Belli es a un tiempo erótica y femenina, aunque la autora niegue esta última calificación. Quizá la forma más correcta de decirlo es que a veces es femenina y otras es erótica.


COMO GATA BOCA ARRIBA

...No me voy, no quiero irme, dejarte
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando de tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto...

...Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero
Fragmento del poema como gata boca arriba

Ana Istaru , poeta de Costa Rica.


Ana Istarú es actriz y dramaturga. Nació en San José, en 1960, y a partir de los quince años de edad se ha dado a conocer como poeta ubicándose prontamente entre las mayores cultoras del género aparecidas en estas últimas décadas. Como dramaturga ha obtenido, en España, los galardones Premio María Teresa de León para Autoras Dramáticas (1995) y Premio Hermanos Machado de Teatro (1999). En 1990 se le concede la beca de creación artística de la Fundación John Simon Guggenheim, de Nueva York.

Tu boca de grada
Tu boca es esa poza donde el ángel
unde sus dedos  dulces

Criatura que regentas
El trance  de mis brazos, 
yo te miro  y el corazon se torna
dos cántaros lunares,
dos pastazales líquidos 
de algodón deslumbrante

Amor,
entre tu boca de blandura de greda 
van nevando  mis pechos como un paraje helado.

la mujer que tiene los pies hermosos de Mario Benedeti


Soledad Alvares: Primer encuentro , Album Vuelo posible

Una gran poeta y ensayista dominicana


 

Nació en Santo Domingo el 12 de noviembre de 1950. Poeta y ensayista. Graduada en Filología con especialización en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de la Habana, Cuba. Trabajó en el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas en Cuba, en cuya revista publicó ensayos de crítica literaria. A su regreso al país tuvo a su cargo la subdirección del suplemento literario Isla abierta del periódico Hoy y formó parte del equipo que desarrolló el Plan de Extensión Cultural del Banco Central. Perteneció al grupo literario La Antorcha, a la directiva de la Casa del Escritor Dominicano y a la Asociación de Críticos Literarios Dominicanos. Ha sido columnista de los periódicos El Siglo, Hoy, El Nacional y Listín Diario. Ha dictado conferencias sobre literatura en Cuba, Venezuela, México y los Estados Unidos de Norteamérica. Parte de su producción poéti-ca ha sido difundida en suplementos literarios y antologías nacionales y extranjeras. En 1980 obtuvo el Premio Siboney de ensayo con el libro La magna patria de Pedro Henríquez Ureña.